Formar financieramente desde la infancia es apostar por ciudadanos más preparados, conscientes y resilientes frente a los desafíos económicos. ¿Cómo introducir a los niños en la educación financiera?
La infancia es una etapa clave para la formación de hábitos, valores y habilidades. Los niños poseen una alta capacidad de aprendizaje y, desde edades tempranas, replican comportamientos que observan tanto en el entorno escolar como en el familiar. Por estos motivos, es importante que los padres inculquen principios que complementen la enseñanza escolar, especialmente en un aspecto que suele ser origen de conflictos en los hogares: la gestión de la economía familiar.
Educación financiera
Según datos recientes de la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc), tres de cada cinco peruanos en zonas urbanas gastan más de lo que ganan. Esta situación refleja una débil cultura financiera que, en muchos casos, se transmite generacionalmente y que limita la posibilidad de construir una base económica sólida en el tiempo.
Si bien en los últimos años se han incorporado contenidos de educación financiera en algunas instituciones educativas del país, Roxana Vásquez, Directora Comercial Corporativa de Equifax, menciona que estos esfuerzos deben ser complementados con formación desde el entorno familiar.
“La educación financiera debe empezar en el hogar. Si los padres manejan adecuadamente su economía y transmiten ese conocimiento a sus hijos, estos crecerán con una relación más saludable con el dinero, desarrollarán hábitos de ahorro y serán capaces de tomar decisiones financieras responsables en el futuro”, señala Roxana.
La educación financiera no debe postergarse hasta la adolescencia o la adultez. Por el contrario, puede iniciarse desde la infancia, con estrategias adaptadas a cada etapa del desarrollo. A continuación, la especialista ofrece una guía con recomendaciones prácticas según la edad de los niños:
- De 4 a 6 años: comprensión inicial del valor del dinero
Durante esta etapa, los niños se encuentran en una fase de pensamiento concreto, lo que significa que aprenden mejor a través de ejemplos visuales y actividades prácticas.Es el momento ideal para introducir el concepto de ahorro mediante alcancías.
- De 7 a 10 años: práctica autónoma con supervisión
En este rango de edad, los niños ya desarrollan una mayor capacidad para anticipar consecuencias y organizar pequeñas acciones a corto plazo. Es una etapa propicia para que empiecen a recibir una mesada semanal o quincenal, lo cual les permite experimentar la toma de decisiones financieras en un entorno seguro y controlado. Establecer metas de ahorro concretas, como comprar un juguete o hacer una actividad especial, los motiva a planificar y administrar sus recursos.
- Desde los 11 años: autonomía y planificación
Es una etapa ideal para involucrarlos en decisiones básicas de compra familiar, como comparar precios, analizar presupuestos o entender por qué una opción es más conveniente que otra.
Enseñar a los niños a ahorrar no solo fortalece la responsabilidad individual, sino que contribuye a desarrollar independencia económica. “La libertad financiera también puede comenzar desde pequeños. Si les damos herramientas hoy, les estamos abriendo la puerta a decisiones más inteligentes mañana”, concluye Roxana.
En el marco del Día del Niño Peruano, que se celebra cada segundo domingo de abril, es fundamental recordar que la formación integral de los menores debe incluir también habilidades para la vida adulta, como la educación financiera. Este aprendizaje debe extenderse a los hogares como un compromiso compartido. Formar niños financieramente responsables es apostar por futuros ciudadanos más preparados, conscientes y resilientes frente a los desafíos económicos.