El sector agrícola peruano enfrenta un panorama complicado en 2024, con el ajo como uno de los cultivos más afectados. Venta de ajos en Perú se incrementó entre un 30 y 40%.
Los precios de este producto aumentaron entre 30% y 40% en comparación con años anteriores. Este aumento se debe a la disminución de la superficie cultivada pasando de 10,000 a 7,000 hectáreas.
Venta de ajos
“El ajo peruano no solo destaca por su calidad, sino también por su competitividad en el mercado global. El incremento del precio promedio de exportación, que pasó de 25 a 37 dólares por caja, refleja que el mercado valora nuestras estrategias de diferenciación y nuestra capacidad para adaptarnos a las demandas internacionales”, indicó Milagros Torres, subdirectora académica de la Facultad de Negocios de Zegel.
En 2023, la producción nacional de ajo alcanzó 116,000 toneladas, un crecimiento del 2.02% frente a 2022. Sin embargo, las condiciones climáticas adversas del verano de 2024, con temperaturas más cálidas de lo habitual, afectaron los rendimientos en la región de Arequipa, que concentra el 80% de la producción nacional. En este contexto, el precio del ajo en chacra se elevó a 3.48 soles por kilogramo, un aumento del 3% respecto al año anterior.
Arequipa destaca como el motor principal del cultivo de ajo en Perú, con una productividad de 14.5 toneladas por hectárea, superior al promedio nacional de 11.5 toneladas por hectárea. Factores como el uso de semillas mejoradas y una gestión eficiente del riego han permitido a esta región superar los retos climáticos.
Incremento en los precios y oportunidades de exportación
El incremento de los precios incremento responde a la menor oferta global, marcada por una caída en el ritmo de suministro de grandes productores como China y España.
A nivel sudamericano, Perú compite con Argentina y Chile en la exportación de ajo, consolidándose como un líder regional gracias a la calidad y a su capacidad de adaptarse a los cambios en las condiciones del mercado. Cómo va la venta de ajos en Perú.
Perspectivas del sector
Aunque los desafíos persisten, las condiciones de frío derivadas del fenómeno de La Niña favorecieron el desarrollo de cultivos en ciertas etapas. Los agricultores, con el respaldo de prácticas innovadoras, han logrado mantener la competitividad a pesar de la menor superficie cultivada.
«La resiliencia del sector agrícola peruano es evidente en momentos como este. La calidad del ajo peruano sigue destacando como un diferenciador clave para mantenerse en el radar de los principales mercados internacionales», añadió Torres.
El futuro del cultivo de ajo en Perú dependerá de una planificación agrícola que contemple fenómenos climáticos extremos y de la inversión en tecnologías que fortalezcan la productividad, asegurando su posición como líder regional en este rubro.